En el agua estancada, lentamente,
crecen algas y verdines que alimentan
a los peces somnolientos del invierno
que regresa como era,
frío, húmedo y oscuro,
esperando ver la primavera.
Duerme musa, duerme en tu estanque,
que de ese sueño me iré alimentando,
mientras que en conversaciones,
desconocidas y sureñas,
seguirán divagando palabras
para convertirse en poesías.
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