y se mira en blanco y negro.
Aparece la cobardía y el miedo.
Miedo a la sensación pariente
que se ha atrevido a asomar la cabeza
y a presentarse sin llamar.
Y me veo desde el lugar donde va a parar aquello que nos supera,
que nos hace daño y quema.
No soporto estar arrinconada,
con un mendrugo de pan y un vaso de agua,
en la cárcel del olvido.
que se ha atrevido a asomar la cabeza
y a presentarse sin llamar.
Y me veo desde el lugar donde va a parar aquello que nos supera,
que nos hace daño y quema.
No soporto estar arrinconada,
con un mendrugo de pan y un vaso de agua,
en la cárcel del olvido.
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