Si su aprecio tenía precio
yo ya lo pagué con creces.
Pagué con ganas, con hambre,
con sueños delirantes y sinceridad avergonzante.
Pagué con las mil palabras
arrancadas de esta alma invisible a la suya.
Su alma que enjuició,
que poseyó inconsciente,
la misma que se ensució
con el desprecio insolente
del aprecio sin precio que le regalé.
yo ya lo pagué con creces.
Pagué con ganas, con hambre,
con sueños delirantes y sinceridad avergonzante.
Pagué con las mil palabras
arrancadas de esta alma invisible a la suya.
Su alma que enjuició,
que poseyó inconsciente,
la misma que se ensució
con el desprecio insolente
del aprecio sin precio que le regalé.
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