El sosiego en tu ausencia
no calma contradicciones.
El leve y etéreo tacto de tu respuesta
no llena los vacíos colmados de vicios
y las palabras ensordecen
en garabatos de paredes
agrietadas a golpes.
no calma contradicciones.
El leve y etéreo tacto de tu respuesta
no llena los vacíos colmados de vicios
y las palabras ensordecen
en garabatos de paredes
agrietadas a golpes.
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