Eres reposo,
la calma de los dioses,
la quietud helénica
que me ojea fiel
y recompensa mis ratos.
Y me llenas de abrazos.
Paz.
Te permito descubrirme,
que descifres lo que quieras,
identifiques emociones
e inventes cuentos.
Te concedo sentimientos
porque me has regalado tu nombre
sin rogarte.
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