martes, 18 de abril de 2017

HADAS TRISTES


Supongo que me pongo demasiado tierna
y me excedo en esto de contar la verdad,
agitando el avispero de la ansiedad. 
Puede ser que ya o puede ser que aún,
quiero yo pensar que las hadas existen
y a veces están tristes.
Son almas errantes.
Almas que me encuentro
y me invitan a un concierto de jazz.
Almas que me roban el tiempo
y ocupan mi pensamiento
y al final,
almas que se esfuman
dejando todo desierto,
sin tiempo ni concierto.
De ellas me alimento
hasta agotar el papel,
inspirándome.
Almas que abren las ventanas
y me dejan con las ganas,
ventilando la habitación.
Sábanas dobladas,
camas desordenadas,
ropa por el suelo
en pleno mes de febrero.

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