Cuando el silencio habla,
los ojos tocan el alma a martillazos.
Cuando el silencio habla,
se escucha el dolor, duele el vacío y se vacían lágrimas.
Un minuto se hace eterno cuando el silencio habla.
Al silencio, cuando habla, no hay que dejarlo tranquilo.
A mi me gusta moverlo con una sonrisa y callarlo con las manos.
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