Así que con estos recuerdos hoy empiezo otra vez por donde lo dejé antes de tu ataque sorpresa. Mi vida feliz vale mucho, casi tanto como yo.
Y he aprendido que no me interesa pensarte, que no me conviene tenerte, que mis pasos los guian otros y van hacia otro lugar, que no me necesita nadie, que me necesito sólo yo.
Que lo tengo todo y sólo me sobras tu, malamente.
Y me lo han dicho las olas a ritmo de blues.
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