miércoles, 4 de noviembre de 2015

Equilibrio loco



Y ahora me encuentro diferente, y no se a que se debe, da igual, he cambiado y estoy cambiado de una manera brutal y mucho más rápida que el paso de la niñez a la adolescencia.  Estoy consiguiendo armonizar las responsabilidades que tocan, pero asumiendo esos riesgos que  me permiten descubrir el camino a todos esos sueños con chispa de los que un día me apartaron las exigencias y las situaciones opresivas que me agotaron emocionalmente.
Ahora sueño y deseo. De repente, comienzo a ver aquello que antes no podía.
Observo la realidad que me rodea de otra manera. Con alegría.
Tal vez he dejado  de sentirme  recompensada a través del cuidado de los demás y busco el contacto conmigo misma. Me he encontrado íntimamente, me he llenado de egoísmo bueno. Necesito complacerme y lo consigo.
Y me desconcierta mi propia energía y comienzo a examinar una nueva visión del mundo que va más allá de la necesidad de conectar y de asistir. Ahora, contemplo la vida con la idea firme de no hacerme prisionera y de estrenar un nuevo equilibrio loco.
Es un enigma que cambia mis pensamientos y emociones a la vez que me anima a caminar hacia la claridad de mis relaciones y roles, así como a asumir nuevos retos y aventuras.
Y la suerte que he tenido de encontrar en este momento de apertura la misma sensación en ti.
Esa sensación de adolescente ilusionada pero con la seguridad y sabiduría de una anciana ya vivida.
Dicen que son los 40. Siempre fuí un poco precoz.
Espero que me acompañes en este camino nuevo que se abre y demos a nuestras locuras un cierto orden.

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