domingo, 22 de noviembre de 2015

RE-INVENTADA

Me quedé quieta, en silencio, cerré puertas y ventanas y dejé de sentir tu viento.
Apagué las luces, me metí en la cama tapando hasta la cabeza y te dejé de ver.
Cambié mi rutina y me volvió la cordura.
Me di cuenta que ese viento era yo quien lo soplaba, que arrastré el alma al vacío y que
tú nunca abrazabas.
Ya no alargo los minutos ni persigo la mirada.
Ahora palpo el espacio y te veo en la distancia...
Y sin llaves.
Si quieres volver a entrar te exigiré credenciales,
que la locura y mis sueños siguen a puerta cerrada.
He aprendido a re-inventarme, aunque no sirva de nada.


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